Un grupo de actores recibe el encargo de poner en escena Casa de Muñecas de Henrik Ibsen. Al final de la obra, la protagonista escapa de la prisión que es su hogar dando un portazo que se ha oído en todo el mundo. Es un papel goloso para cualquier actriz; un verdadero clásico del teatro moderno.
Ahora bien, ¿qué se encuentran las actrices de la obra al salir de la ficción? Teatros gestionados por hombres, que contratan a otros hombres para dirigir obras escritas por hombres, donde se habla de los problemas de la mujer. ¿No se parece el mundo del teatro sospechosamente a otra casa de muñecas? ¿Y la sociedad fuera de los teatros? ¿Cuántos portazos tienen que dar las actrices para salir al aire libre? ¿Y qué tienen que decir los actores y el director al respecto? ¿Deben sentirse culpables por ser hombres?
A través de dos capas argumentales que siguen los ensayos del texto de Ibsen y las discusiones entre el equipo, vemos cómo actores y actrices se enfrentan a los retos y las contradicciones de un proyecto que a priori no parecía tan explosivo.
Estreno: Teatro Arriaga, Bilbao, 08/01/2015
Una casa de muñecas es una obra original en la que un grupo de actores ensaya escenas la obra de Henrik Ibsen y discute sobre el montaje y sobre la situación de las mujeres en el mundo del teatro.
La obra fue dirigida por Pako Revueltas. El reparto consistía en Ramón Ibarra, Enriqueta Vega, Eneritz Artetxe, Josu Camara y Na Gomes. Yo me encargué de la dramaturgia y la ayudantía de dirección.
La producción corrió a cargo del Teatro Arriaga, dentro de su programa de piezas de pequeño formato conocido como «Los cuartitos del Arriaga».
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